miércoles, 26 de febrero de 2014

Un día de peón

Hoy ha sido un día muy entretenido. He estado menos tiempo en la oficina y más en la obra.

Estamos conectando ya los inversores, los transformadores que van con los inversores, las líneas auxiliares... en fin, estamos "dando chicha" como dicen aquí a muchas cosas.

Básicamente hemos tenido que energizar los servicios auxiliares para poder energizar los inversores. Los inversores son enormes, van 2 en un edificio prefabricado de unos 10 m de largo. En el mismo edificio va un transformador de 22kV y sus celdas correspondientes.

Ayer ya empezaron con todo el jaleo, pero yo me quedé en oficina. Como me dieron envídia y quería saber qué hacían por ahí todos nerviosos. Hoy me he apuntado a salir a campo y aunque manipular, manipular he manipulado poco, he estado entretenida aprendiendo cosas. Era menos de lo que me imaginé ayer, pero ha estado bien :D

Ya estamos produciendo energía. Están todos muy contentos, aunque aún nos queda mucho camino por recorrer. 

¿Curiosidades? Los guantes de 40 kV que son como unos guantes de silicona de 4 mm de espesor. No puedes hacer manualidades con ellos, pero para manipular la manivela de conectar y desconectar el transformador suficiente. ¿Más curiosidades? Que los trafos e inversores una vez conectados hacen mucho ruido. Bueno, el normal para unos equipos eléctricos de ese tamaño, pero siendo todo tan "medio ambiente" ese zumbido no queda muy "verde" jejeje.

lunes, 24 de febrero de 2014

Viaje a Lesedi (2/3)

Nada más llegar a Lesedi reuniones con gente con la que la relación no era exactamente cordial… pero bien, la verdad que esperaba que fuera peor.

A la hora de comer había dos míseros sándwiches, que por otro lado me supieron muy ricos, no sé si porque tenía mucha hambre o porque realmente estaban buenos. Supongo que un poco de las dos cosas, no eran tan malos y que tenía hambre.


La alimentación en Lesedi deja bastante que desear. Después de trabajar, como a las 19h de la tarde, puedes ir a la garita de seguridad del campamento (donde vive la gente), y recoger una bolsa de comida. Incluye la cena de ese día, y el desayuno y la comida del día siguiente, además de una lata de refresco y ½ litro de agua. El mayor problema que veo en esta organización es que la gente que vive en “zulos” no tiene nevera para conservar la comida.
Los zulos son habitaciones con una cama, una mesa, una silla y un armario. Varias habitaciones comparten un edificio prefabricado de baños y duchas. Así que o conoces a alguien con "casita" que te preste espacio en su nevera, o te arriesgas a que la comida se ponga mala.
La "casita" es un prefabricado con una cocina-comedor común y una habitación a cada lado (con su aseo particular).

En la bolsa de comida suele ir el desayuno (que está claramente identificado), y luego dos comidas: una más ligera que otra. Los españoles consideramos la comida ligera como la cena, y la otra como la comida; pero los locales lo consideran al contrario.

Por la tarde el trabajo discurrió con normalidad, salvo los ratos de organizar el viaje a las cataratas Victoria. ¡Viaje, viaje! :D

Era el cumpleaños de uno de mi equipo, y dijeron de quedar en su "casita" a tomar algo a la hora de cenar. Quedaron como a las 21h. Yo tenía mucha hambre (eran sobre las 19h), así que cené. Tocaron una especie de burritos con pollo, lechuga y mayonesa. No estaban muy allá, pero llenaban un poco.



Estaba leyendo tranquilamente esperando la hora de ir al cumpleaños, cuando vino a verme otro compañero. Le había llamado para dejar la comida del día siguiente en su nevera pero como aún estaba trabajando cuando le llamé, le dije que se pasara por mi zulo cuando subiera al campamento. Y se pasó y me trajo una cerveza fresquita, ¡qué majo! Estuvimos charrando un rato hasta que nos fuimos al cumpleaños.
Éramos muchos para el pequeño espacio común de las "casitas", pero estuvo divertido, contando tonterías y comiendo jamón que aún quedaba del que se habían traído de España :D

Después a dormir relativamente pronto. Madrugar es lo que tiene, que te entra sueño pronto. El caso es que me acosté pero estaba incómoda, no me dolían propiamente los ovarios pero tampoco me relajaba para dormirme. Como no me dormía al final estuve chateando con varios amigos y leyendo de nuevo. Al rato volví a intentar dormirme. 
A mitad de noche ya sí me dolía. Di vueltas y más vueltas, me encontraba fatal y no me dormía. Pasé una mala noche, un horror.

A la mañana siguiente tenía poca energía y trabajar se me hacía un mundo. Un compañero me vio con mala cara y me ofreció un Ibuprofeno. Subió y todo al campamento a buscarlo. Una hora después de tomármelo empezó a hacer efecto y pasé el resto de la mañana mejor. ¡Uf!, menos mal.

Para comer ese día había macarrones con jamón y champiñones. Hubieran estado mejor recién hechos, de un día para otro estaban algo pastosos, pero con hambre todo entra bien jeje. Comí con los compañeros que me habían guardado la comida en su nevera.

Me llamaron para atender a una subcontrata. Le habíamos guardado su comida (los burritos) en la oficina, así que bajé a dársela. Uno de ellos se encontraba mal, así que les llevé a una "casita" a que se hiciera una sopa (otra cosa no podía comer). El caso es que eso me entretuvo y cuando se puso a llover fuerte (yo había subido al campamento andando) ya no había nadie para bajarme con él (la mayoría sube y baja en coche aunque sean 2 minutos). Me esperé a que acabaran de comer los de la subcontrata para bajarme con ellos. Y así lo hicimos, pero me dejaron relativamente "lejos" de mi oficina (no se conocen la planta) y tuve que pasar un charco que no sabía lo profundo que era hasta que lo pisé. Me mojé hasta mitad de pierna, o sea, todos los zapatos por dentro también.

Iba mojada, por los hombros, la cabeza y los pies. Tenía frío, pero me puse la chaqueta que tenía en la oficina. Cuando paró de llover me planteé subir al campamento, cambiarme y quedarme a trabajar desde allí (también hay conexión, vamos con nuestro modem-USB detrás), pero me lo pensé un poco y se volvió a poner a llover. ¡Me estaba pasando de todo en este viaje!


Después de trabajar no me reuní en casa de nadie, ni siquiera pregunté si iban a hacer algo. Estaba cansada y tenía sueño. Recogí mi bolsa de comida, me comí la cena (ensalada con algo de pasta y baicon), leí un rato y en seguida a dormir.


Con la descripción de la comida entenderéis porque me habían dicho que el kit para ir a Lesedi era agua y galletas. Bueno, también me dijeron azúcar y café, pero yo no bebo café. Te dan la comida justa, así que vienen bien las galletas si te entra hambre. Líquido también dan poco: 1/2 litro de agua, un refresco (33 cc) y un zumo (200 ml). 

Esa noche me dormí enseguida y descansé. Lo necesitaba.


sábado, 22 de febrero de 2014

Viaje a Lesedi (1/3)

Me levanté como cualquier otro día. Me duché como cualquier otro día. Desayuné como cualquier otro día. Pero a la hora de cargar el coche e irme a trabajar, tardé un poco más de tiempo, tenía más macutos que llevar. Llevaba el bolso y el portátil como todos los días, y además la mochila con ropa para tres días y la bolsa con agua, galletas y taza que me habían recomendado coger. ¿Por qué este cambio?, porque me iba a la obra de Lesedi unos días.

Estamos poniendo en marcha dos obras: Letsatsi (que significa sol) a unos 40 km de Bloemfontein, y Lesedi (que significa luz, también utilizado como nombre de mujer) a unos 25 km de Postmanburg. Habitualmente voy a la obra de Letsatsi, pero de vez en cuando visito la de Lesedi. Por unas cosas u otras, sólo había estado en Lesedi 2 días, y me habían llevado y traído en coche. Esta vez era la primera que iba por mis medios (sin GPS).

Al principio iba admirando el paisaje, comparándolo con La Mancha por sus extensiones amplias de campos de cultivo, con la zona montañosa del pueblo donde nació mi padre en las colinas con matorrales bajos,...

El camino no es difícil (N1-N8-R31) pero iba algo inquieta. El trayecto son unas 4h así que aunque en principio me planteé no parar, luego decidí parar en Kimberley tomar un café y recargar el móvil (había estado dándome problemas el fin de semana y quizás me había quedado sin saldo). Hice bien, porque al ir al servicio vi que había manchado, así que además de recargar el móvil compré compresas (no llevaba suficientes para 3 días). En Kimberley no callejeé mucho y salí por donde había entrado (para no perderme).

De vuelta a la carretera, camiones y más camiones. Aquí los camiones son más largos de lo normal, casi todos tienen como un remolque que los amplía, con lo que adelantarlos supone más tiempo. Imagina una carretera secundaria en España (pero más recta, con pocas curvas) con camiones cada poco tiempo. Supone estar mucho tiempo estresado con los adelantamientos.
Lo peor los convoys de ancho especial. Hay un buen trozo del camino donde la carretera no tiene arcenes y está deshecha por los lados. Adelantar a un camión que ocupa más de un carril es cuanto menos inquietante. Tuve que adelantar varios así, con miedo de salirme de la calzada. ¿Qué hubiera pasado? Un coche delante de mí se salió y simplemente levantó piedras, pero llevaba un todo terreno. ¿Y si me salgo yo? ¿y si se me va el coche y no simplemente hace ruido y levanta piedras? Me alegro de no haberlo averiguado.

En un tramo de la carretera hay gente que vende piedras. Como te digo, piedras en bolsas de plástico. Es una zona donde no hay nada, pero ponen sus refugios de plástico y venden piedras rodadas en bolsas clasificadas por tamaños. Se supone que la gente las comprar para su jardín, muchas son blancas, o cosas así. Supongo que las recogerán por allí mismo, pero ¿dónde viven? Porque no se ven casas cerca. Curiosa la vida de los vendedores de piedras.

Creía que una vez pasados los vendedores de piedras me quedaba poco camino, pero no era así. El terreno no es tan llano en esta zona, hay pequeñas ondulaciones, y yo sabía que superada una de ellas se vería la planta a lo lejos. Pero pasaba y pasaba colinas y nunca veía la planta. Empecé a pensar que me había pasado la salida, pero no podía ser, había reconocido algunas zonas del paisaje y no había pasado ningún desvío tras las vías del tren desde entonces. Seguí y seguí esperando ver la planta a lo lejos. Un compañero de trabajo me llamó y le dije que aún no había llegado, que me tenía que quedar poco, pero que ¡no llegaba nunca! Al poco de colgar pasé una colina y vi la planta… ¡por fin!

viernes, 21 de febrero de 2014

Curiosidades

Camino del trabajo hay una carretera que se desvía a la izquierda que se llama "Valencia RD". ¿Casualidad o la terreta que me manda saludos?

Los palos de las señales e incluso del quitamiedos son de madera. 
Los semáforos se llaman "robots" en lugar de "trafic lights" (luces del tráfico).
Cuando la carretera tiene arcén los coches circulan por él para dejarte adelantar, lo que quiere decir que a veces en una carretera de doble sentido se cruzan tres coches al mismo tiempo (dos con parte por el arcén). Cuando alguien te cede retirándose al arcén, cuando has acabado de adelantar le pones los 4 intermitentes para agradecérselo, y él te hace luces para contestarte.
Los cruces de mi barrio (y en general) tienen todos un stop. Todos se deben de parar, y el primero que llega al cruce tiene prioridad. Si hay cola, van pasando uno de cada lado cada vez. Esto último me parece más ordenado que dejar pasar siempre al de la derecha y que los de la izquierda se acumulen y nunca salgan.

Los animales parecen medio atontados. Los pájaros siempre me da la sensación de que echan a volar tarde para apartarse. Hoy definitivamente uno se ha chocado conmigo, lo que confirma mi teoría de que son lentos. El otro día maté una mosca poniéndole encima el móvil, pero no excesivamente deprisa, esperaba que saliera volando. Lo dicho, están medio atontados.
Aquí hay un montón de tórtolas, como en Europa, pero algunas tienen ciertos tonos de color diferentes. Las tórtolas me recuerdan a mi padre, por sus comentarios sobre ellas en la ventana de su casa ;)

Hay bastantes jóvenes que se ponen un dientes de oro (una funda según me han dicho). Parece moda por aquí, aunque a mí personalmente me parece horroroso. Ya de por sí no me gustan los dientes de oro, pero si se te ha caído y te pones uno porque no se pudre ni oxida y te gusta que brille, pues aún vale. Pero si eres joven, no se te ha caído ningún diente y no tienes ninguna necesidad, ¿para qué ponérselo?

Para fregar el suelo también usan mochos o fregonas, pero para escurrirlas utilizan las manos. Como cuando escurres un trapo, lo retuerces y listo. Habrá que importar el escurridor, porque lo de mancharse las manos con la porquería del suelo me parece desagradable. Las señoras de la limpieza (en la oficina) llevan guantes de plástico, por suerte para ellas.



domingo, 16 de febrero de 2014

Barbacoa típica sudafricana

Ayer sábado el dueño de la parcela donde hemos montado la planta fotovoltaica (y que cobra un rentable alquiler por ella), nos invitó a una barbacoa en su finca.
Vive relativamente cerca de la planta, así que fuimos después de trabajar. No todo el mundo, digamos que sólo los españoles (los jefes y técnicos, por decirlo de otra manera).

Tiene una finca con muchas hectáreas. Allí cerca de la casa tiene una construcción circular para barbacoas y para hacer un fuego en el centro en invierno. Una construcción mucho más grande que la casita donde vivo, y sólo es para hacer barbacoas.
También tiene una casa adosada con un billar, unos dardos, una barra de bar y arriba una habitación con camas para 7 personas (según dicen, no subí a verlo).
Parece ser que es dueño de muchos terrenos por la zona, e incluso tiene una parcela donde la gente va a cazar (no sé exactamente, pero imagino que ñus, cudus, o incluso elefantes).

Cuando llegamos vimos monos corriendo por entre los árboles. ¡Qué emoción! Estábamos cerca de un río y según parece hay muchos animales, además de las vacas y cabras que cría el dueño. Y más que nada había muchas moscas, muchas muchas.

Empezaron con las brasas cuando llegamos (como a las 13h30), así que comimos tardísimo. Menos mal que había comprado unas bandejas de aperitivos (tipo bolitas de pesacado/carne empanadas, pollo empanado cortado en tiras, una especie de rollitos chinos pero en forma de triángulos,... todo ligero tipo verdura jajaja). 
Como cualquier barbacoa entre preparar las brasas y demás se pasó un montón de tiempo. Yo con los aperitivos me hubiera dado por comida, jejeje. Al final hicieron chuletas de chivo, longanizas de las de aquí que saben diferente y broquetas (creo que de cerdo), y sacaron una cosa granulada e insípida y dos tipos de ensalada para acompañar la carne a la brasa. Comimos bien.


Después nos quedamos bastante más rato hablando los unos con los otros. Con el dueño y el hijo poco. Con ellos sólo hablaban dos de nosotros que son más jefes y que además saben hablar bien inglés. Yo lo intenté un rato, pero aunque me enteraba en general de la conversación, me perdía los detalles y era difícil participar.

Nos costó despedirnos. No queríamos irnos sin despedirnos del dueño y agradecerle la comida, pero estaba hablando con otros dos y no había manera de interrumpirlos... Bueno, al final pillaron la directa y conseguimos despedirnos. Serían entre las 18h30 y las 19h.

Nadie quería ya cenar, pero tampoco parecían dispuestos a irse a casa a descansar, así que fuimos a un bar a tomar algo y seguir hablando (ahora ya sí, todos en español). Sólo fue un rato, porque estábamos cansados.

Una velada interesante. Ahora conozco un poco más a mis compañeros de trabajo, y no sólo de trabajo. Las mujeres de algunos de ellos, y la hija de 2 años de uno, también vinieron. La hija era muy simpática y casi todos jugamos un rato con ella.

martes, 11 de febrero de 2014

Días de mucho, vísperas de nada

Hoy ha sido un día lleno de historias que contar.

Para empezar esta mañana un obrero se ha electrocutado (unos 700 V, unos 4 A... una barbaridad). El obrero no era de nuestra empresa directamente, pero estaba ayudando a uno de los míos (puesta en marcha) así que querían hacernos responsables. ¿Qué implica hacernos responsables? Me quedaré con la duda, pero al final ha habido movida y yo soy la jefa de "puesta en marcha" así que me la he comido. 
Se lo han llevado en ambulancia (consciente, respirando y con pulso). Hemos devuelto todos los locales que no eran nuestros y nos ayudaban (porque no los tenemos cecidos oficialmente, o sea, que nos puedan echar las culpas), hemos hecho charlas de seguridad de nuevo, y poco más. Eso sí, un poco preocupados nos hemos quedado.

A todo esto yo nerviosa y preparando una presentación en inglés para la tarde, con unos posibles inversores chinos. ¿Cómo ha ido? Pues la presentación yo creo que bien, pero cuando han empezado las preguntas ha acabado contestando un compañero que me he llevado que sabe inglés perfectamente ;) Uno de la reunión, español y de desarrollo de negocio, quería ficharme para ayudarle a ampliar el negocio. No es por no ayudarle, más trabajo para la empresa más trabajo para mí, pero yo no sé nada de Sudáfrica, no tengo contactos y lo de comercial no es mi fuerte.

Al llegar a casa pensaba irme a correr (he llegado pronto porque la presentación ha sido en la ciudad y no en la obra) pero no me sentía con ganas y me he ido al centro comercial. Ya estaban todas las tiendas cerradas salvo el supermercado :( El caso es que volviendo al coche me han llamado por mi nombre desde un coche. Me giro, le devuelvo el saludo y era un negro. No quiero sonar despectiva, pero no distingo a todos los negros que trabajan en la obra (en la oficina), de hecho creo que tampoco reconocería a todos los blancos... Vamos, que no tenía ni idea de quien era. Pero he sido amable y he intercambiado unas palabras con él. En inglés, así que tampoco nos hemos extendido mucho jajaja. Me he sentido un poco mal porque él me conozca y yo no.

Y esas han sido mis aventuras de hoy. Puede que os parezcan poca cosa, pero para mí ha sido un día muy animado :D

martes, 4 de febrero de 2014

Jugando al escondite...

... con las llaves de los aseos.

No sé qué jaleo se llevan pero un montón de veces no aparece la llave y está cerrado. No me parece tan difícil organizarlo bien, pero claro, cada uno es un mundo y hace lo que le da la gana.

Yo votaría por que estuvieran siempre abiertos. No veo la necesidad de cerrarlos con llave. Pero no tengo ni idea de lo que pasaría en ese caso, igual acabarían hechos un asco, o se esconderían los trabajadores dentro para no trabajar... ¡Vete tú a saber!, nadie me ha dado una explicación.

No solo pasa en el aseo de señoras, también he oído unas cuantas veces comentarios a los hombres en busca de la llave perdida.

Y luego está que hay gente que entra y cierra por dentro. ¿Para qué hay entonces varios WC dentro?, ¿de qué tienen miedo, de que tengamos ganas más de una a la vez? ¡Qué dentro cada WC tiene puerta individual!

En fin, es que hoy casi reviento buscando la dichosa llave. Grrrrr.

lunes, 3 de febrero de 2014

Summer season?

En todo el día no me he quitado la chaqueta. En casa tengo los pies fríos. He dormido con calcetines... ¿Estamos en verano? Se supone que debería ser como agosto en el hemisferio norte.
Cierto que es época de lluvias, pero ¿y el frío? Miedo me da cuando llegue el invierno, no he traído ropa para temperatura por debajo de cero, oh my god!
Hoy hemos tenido entre 15 y 23 grados, ayer parecido, y no parece que vaya a mejorar en toda la semana :O

[dos días después]

Hoy he venido a trabajar vestida con la misma ropa que me ponía en enero en Madrid (camiseta interior de cuello alto y suéter de lana). Sigo viendo a la gente en manga corta, pero no estoy pasando calor, estoy bien.
Ayer enchufé la calefacción en casa. Sólo un ratito, por no gastar, y eso que no pago yo la luz jajaja. Al menos para caldear un poco la casa, aunque no llegó ni a eso (la puse bajita y sólo tengo en uno de los tres espacios de la casita). No me convence, no sé yo si en otoño/invierno será suficiente.