domingo, 13 de diciembre de 2015

Alcalá del Jucar

Los amigos que son muy buenos me sacan a pasear de vez en cuando. Esta vez tocó visitar Alcalá del Jucar. Un pueblecito en la ladera de un cañón del río Jucar. Bonito y pintoresco. Fue un buen día en buena compañía :)






domingo, 22 de noviembre de 2015

CNC


Trabajar en una central nuclear suena importante. Aunque lo primero que hace todo el mundo es hacerte bromas relacionadas con Homero Simpson.

Dentro de la central nuclear hay muchos puestos de trabajo, no todos tan emocionantes como pudiera parecer. Algunos ni siquiera tienen acceso a la zona controlada (que viene a ser la zona con cierto riesgo de radiación). Puedes ser barrendero, o trabajar en las oficinas y no salir de allí más que para tomar café e ir a comer.

Aún así, en la parte no controlada también puedes ver los transformadores, la zona de tratamiento de agua y las instalaciones de refrigeración, que también son muy interesantes desde el punto de vista ingenieril. Así que trabajar en una CN mola incluso si sólo te dedicas a vaciar las papeleras del reclicado :P

Yo trabajaba diseñando estructuras, principalmente andamios temporales de acceso de personas. Aunque alguna estructura fija de acceso también cayó. No suena muy tecnológico, pero tiene su parte positiva: te da acceso a todos y cada uno de los rincones de la central, porque para tareas de mantenimiento de cualquiera de los departamentos pueden necesitar un andamio.

La primera vez que entré en zona controlada estaba un poco inquieta. Llevaba un dosímetro para controlar la radiación que iba a recibir. ¿Sería mucha? ¿cómo me afectaría la que recibiera? ¿será peligroso?
Luego aprendes que no, que no es peligroso. Que sí, que vas a recibir dosis, pero que van a ser muy pequeñas y que no te van a afectar en nada. Aunque el hecho de que el dosímetro pite de vez en cuando pone nervioso. Te acostumbras y aprendes a ignorarlo, pero pone nervioso jeje.

Lo que más destacaría de haber trabajado en la central es la gente. Tuve suerte y me tocó un grupo de trabajo fantástico. La mitad del equipo éramos nuevos, temporales contratados sólo para el periodo de recarga de combustible (donde las tareas de mantenimiento se multiplican).

Lo primero que me agradó fue que se preocuparan de enseñarme la primera semana lo que tenía que hacer y cómo hacerlo. En ninguna otra empresa se habían tomado tal molestia, cosa que a mí me parece básica cuando empiezas en un nuevo trabajo, pero la gente nunca tiene tiempo para eso (o eso les parece a ellos). La segunda semana empezó el caos y ya tuvimos que improvisar y aprender sobre la marcha como es lo habitual.


Otra cosa que me gustó es que congenié muy bien con mi jefe directo. Yo le entendía y él estaba contento con que le entendiera. Y no sólo con mi jefe, la mayoría de gente era cooperativa y accesible… además de simpática y divertida en los descansos. Me reí mucho en los descansos. Un ambiente de trabajo agradable te hace el trabajo más agradable, y si trabajas a gusto trabajas mejor.


martes, 17 de noviembre de 2015

Oropesa del Mar (Castellón)

[Esta entrada es vieja, del verano, pero no llegué a publicarla y como hace tiempo que no escribo pues aquí os la dejo. Espero que os guste]


Tengo un amigo que tiene un amigo que ahora es mi amigo también :)

A este último amigo le hacía ilusión reunirnos y vernos, que no lo hacemos habitualmente. Como su familia tiene una villa y un barquito en Oropesa nos invita a pasar el día allí. A mí me gusta ver a mis amigos, por descontado, pero me hacía más ilusión salir en barco que no recuerdo haberlo hecho antes.

Como el último año no he tenido que usar casi el coche, y como soy ecologista y los coches contaminan, intento utilizarlo lo menos posible. Vamos que no me gusta cogerlo. Íbamos a compartir coche para ir los cuatro que íbamos al principio, pero al final sólo fuimos dos y por circunstancias de la vida cada uno desde un origen distinto. Nada, que al final ni redujimos coches ni nada. Bueno, el otro hizo una parte del trayecto en tren, algo es algo.

Recogí a mi amigo en la estación de tren de Castellón, “carreteamos” (callejear pero por carreteras) sin perdernos y llegamos al destino. Allí nos recibió el padre muy amablemente, luego la madre que creía que yo era la mujer del chico con el que fui :O, y finalmente nuestro amigo. Hacía tanto tiempo que no nos veíamos que reconozco que me quedé un poco sin saber qué decir.

Superado el encuentro preparamos la neverita con cervezas, agua e isotónica, se hicieron un bocata para el almuerzo (yo llevaba el mío hecho), investigamos los alrededores de la casa (el jardín zen y la tomatera cherry) y salimos hacia puerto con ilusión.

Una vez aparcado el coche y encontrado el barquito, nos descalzamos, subimos a él, colocamos la neverita en buen lugar, nuestra ropa a salvo de mojarse… En resumen, nos preparamos para salir. 

El "capitán" (el hijo del dueñodel barco) nos explicó el proceder para desamarrar y salir del muelle, y cuando intentó arrancar el motor no hubo manera. No tenía batería. Total que algunos minutos más tarde y varias llamadas de teléfono al verdadero dueño del barco y a la ayuda del puerto, conseguimos arrancar el motor. ¡Qué ilusión, nos movemos!

Yo estaba en la parte trasera del barco, y vi que uno de los manguitos echaba un líquido viscoso y oscuro al exterior. Se lo comenté al “capitán” y casi de inmediato perdió el control de la dirección del barco. El líquido perdido era el de la dirección. Como apenas nos habíamos movido, sorteamos el chocar contra otros barcos del muelle como pudimos. 

Yo tuve que aprender rápidamente a prueba-error cómo se maneja el bichero. El caso es que conseguimos parar el barco en medio del muelle sin haber golpeado nada. De nuevo llamadas de socorro. 

El aire nos empujaba y no teníamos fuerza suficiente para controlarlo. Por suerte nos empujaba por en medio del canal del muelle. Y así, poco a poco y evitando chocar, llegamos hasta el pantanal del final del muelle, donde sujetamos el barco como pudimos con las manos, porque no había ningún amarre en ese lado para atar un cabo.

Así estuvimos un buen rato. A mí se me estaban cansando los brazos de aguantar el barco que seguía queriendo moverse poco a poco con los vaivenes del viento. Me sorprendió que sin velas (es un barco a motor) y dado el peso de la embarcación, el viento fuera capaz de moverlo tan fácilmente. Claro que el agua no ofrece mucha resistencia, no sería como arrastrarlo sobre ruedas rozando la tierra.


Al final había un sitio libre en frente de nosotros, y con una cuerda desde fuera el “capitán” consiguió amarrar en ese hueco. Por fin pudimos descansar. Ahora tocaba esperar a que viniera mantenimiento del puerto y nos remolcaran hasta nuestro verdadero “hueco”. Y una vez lo hicieron se acabó la historia. 

Mi gozo en un pozo, me quedé sin navegar.


sábado, 26 de septiembre de 2015

Jalance

¡Seguimos con las mudanzas! :D

Ahora vivo en Jalance, un pueblecito en el valle de Ayora. Es bonito, está bien cuidado y tiene mucho monte y bosque alrededor. Dicen que hay jabalíes y cabras montesas. No sé si quiero encontrármelos o no... quizás de lejos :P


¿Por qué vivo en Jalance?... Pues porque trabajo en la CNC.
¿Qué es CNC?... Seguro que lo habéis deducido por la foto. Sí, la central nuclear de Cofrentes.

La central es impresionante desde el punto de vista ingenieril. Está llena de instalaciones, circuitos y tuberías enormes y por todos lados. Los edificios de contención son laberínticos, y me han dicho que sólo he visto una pequeña parte. Es cierto, no he visto casi nada.

No os preocupéis por la radiación. Hay muchas medidas de seguridad y la mayor parte del tiempo estoy en la oficina, con riesgo cero. Pero también está interesante entrar a la "fábrica". Ahí hay más riesgo, aunque sigue siendo bajo. Entrar en la zona que llaman controlada, es emocionante e inquietante al mismo tiempo. Jejeje. Emocionante ver una central por dentro, con toda su tecnología.

Por otro lado Jalance es un pueblo tranquilo de casi 1100 habitantes según la oficina de turismo. Tiene un castillo en ruinas que se ve desde mi ventana:


Lo primero que me llamó la atención del pueblo es que tiene muchas fuentes, algunas de ellas adornadas con paneles de azulejos contando la expulsión de los moriscos hacia el año 1609 si no recuerdo mal...


El valle de Ayora es una zona montañosa con bastante bosque. Como soy corredora he salido a explorarlo a trocitos. Voy por carretera y no entro por sendas por miedo a torcerme un tobillo, pero aún así la zona tiene buena pinta. El rio Jucar pasa por Jalance y riega la zona de huertas. Si tuviera más tiempo haría senderismo, pero hay que trabajar jejeje.

Os dejo unas fotillos para que os hagáis una idea...


¡Estáis todos invitados! :D

sábado, 22 de agosto de 2015

Gaibiel

Gaibiel es un pequeño pueblo de la Sierra Espadán donde nació mi padre. No hay gran cosa que hacer allí pero siempre me ha gustado ir. 


El pueblo es casi peatonal, los coches pasan para llegar o para irse pero una vez allí no lo coges para nada. El monte está al lado, puedes hacer rutas de senderismo que empiezan en cuanto dejas el pueblo. Tiene un pequeño río en el que te puedes bañar en algunos puntos si ha llovido lo suficiente. El agua está limpia y fría. Hay fuentes naturales que ir a buscar para pasearse y beber de sus aguas. Tiene piscina pública a precios populares. En la plaza mayor está la iglesia, como es lo normal. La arreglaron hace pocos años y está muy bonita por dentro y es bastante grande para el tamaño del pueblo, con un campanario que da la horas y se escuchan desde todo el pueblo. No se necesita reloj :)

La primera semana fue para disfrutar de la familia. Doce personas en una pequeña casa. Os podéis imaginar cómo nos hemos divertido ;) Bajamos al río, fuimos a la piscina, salimos de senderismo, visitamos el pueblo de al lado… Vamos lo que se puede hacer en Gaibiel jejeje.




Como es verano y están los veraneantes, el ayuntamiento organiza cosas los fines de semana para entretenerlos (y que repitan al año siguiente). Un día había desfile de moros, otro desfile de disfraces, otro concurso fotográfico… los sábados noche verbena y los domingos por la mañana castillos hinchables para los niños.




Espero que os haya gustado el pueblito. Allí os espero ;)

domingo, 26 de julio de 2015

Remontando el río

El sol ya comenzaba a elevarse por el horizonte. Subía tras su espalda y no se paró a contemplarlo, siguió su cabalgar remontando el curso de un pequeño riachuelo. En un momento dado apareció ante ella la puerta de entrada a la ciudad. Era una vieja construcción bien conservada, con sus torres de vigilancia y su foso perimetral. Justo antes de la puerta había una gran roca a cada lado y se sentó en una de ellas a esperar. Dejando a su montura pastar por los alrededores.

Media hora más tarde todos estaban reunidos. Hubo que dejar pastar los caballos de los últimos en llegar y remendar algunos parches en las monturas, pero por fin estaban listos para una nueva aventura juntos.

No entraron en la ciudad. Los vigías de las torres los miraron extrañados al verlos partir de nuevo. Unos remontaban el riachuelo a ritmo alegre, mientras otros trotaban más tranquilamente "había camino de sobra para cansarse" pensaban.

Pronto se acabó la zona cercana a la ciudad, con multitud de gente paseando, y empezó una zona menos transitada con abundancia de cañaverales. Iban alegres y descansados hablando y cantando. Sólo M desentonaba de vez en cuando con sus quejas del estado del camino, ya que era chica de ciudad y le costó un tiempo asumir el cambio. No quería ser una quejica pero a su pesar tampoco podía evitarlo.

Avanzaban a buen ritmo. De vez en cuando otros jinetes se cruzaban con ellos. El camino iba de lado a lado atravesando el riachuelo. Cada vez costaba más esfuerzo cruzarlo, sobretodo porque cada vez llevaba más agua.

Pararon a descansar a la altura de una presa que los lugañeros habían construido para desviar el agua del río y utilizarla en el riego de sus campos y abastecimiento de sus casas. Aprovecharon para comer algunos de los vívieres que llevaban. Fue un rato agradable de esparcimiento y contacto con la naturaleza. Cuando ya se disponían a marchar, un caballero errante los reconoció y se paró a hablar con ellos. Tenía ganas de un poco de compañía y de commpartir sus adanzas antes de proseguir.

Siguieron su camino río arriba, aunque pronto se desviaron buscando un sendero secreto que les llevaría al bosque de la Vallesa. Un lugar oscuro y sombrío lleno de seres mágicos muy antiguos. Aunque eran valientes y estaban preparados para entrar en el bosque, este no les dió la bienvenida. Escondió más aún su sendero secreto entre zarzas y rocas y se perdieron antes incluso de llegar a verlo. Lucharon contra las piedras y las plantas que se les avalanzaban durante un tiempo, pero finalmente se retiraron y retrocedieron con rascones y magulladuras. El bosque había vencido.

No quedó más remedio que seguir río arriba esta vez ya buscando el pueblo más cercano por caminos transitados. Subían y subían, el sol ya estaba alto, apenas había árboles que los protegieran y no les quedaba más agua. Estaban cansados, tenían sed y no sabían cuánto tardarían en llegar a su destino. Los ánimos, acorde con las fuerzas, empezaban a flaquear.

Cuando poco quedaba para abandonarse a la muerte, apareció ante ellos una posada. "¿Una posada aislada en medio del camino?", quizás los dioses se habían apiadado de ellos. Lo que más les animó del hallazgo fue el pozo de agua fresca y cristalina del que el posadero les dió de beber hasta saciarse.

Con el cuerpo y el espíritu reconfortado emprendieron de nuevo la subida. Siempre hacia arriba. El camino se volvió intransitable y las monturas lo notaron. Algunos tramos los jinetes tuvieron incluso que descender de ellas y caminar. 

Finalmente llegaron a su destino, un lago azúl de agua fresca y transparente que les devolvió las fuerzas. Se bañaron largo rato, reacios a abandonar la frescura del lago en esas horas de máximo calor, y si finalmente lo hicieron fue sólo para cazar algo que comer y cocinarlo. Había que coger energía para enfrentarse al feroz dragón de hierro esa misma tarde.

miércoles, 17 de junio de 2015

Liberando endorfinas

Eran las 6h30 de la mañana cuando se despertó. El despertador no sonaría hasta más tarde, pero ya no iba a dormirse así que lo desconectó igualmente. Le entraron dudas sobre si desayunar como normalmente (el desayuno es la comida más importante del día) o si hacerlo de manera más ligera. Al final lo hizo normalmente, después de todo le gustaba comer.
Era una persona puntual, así que salió un poco antes de lo previsto en lugar de apurar el tiempo, y además tardó un poco menos de lo previsto también. El caso es que llegó demasiado pronto y se dispuso a esperar sentada de espaldas al mar y a la salida del sol que ya se elevaba sobre el horizonte. Parecía que a esas horas el sol no molestaría, pero a los pocos minutos se puso a la sombra, aunque supusiera esperar de pie. ¡Ya calentaba el sol!
A la hora acordada llegó el primero de sus compañeros, y en pocos minutos estaban todos allí. Todos menos uno que se había equivocado de lugar y no llegó a aparecer. Le esperaron durante veinte minutos y partieron sin él.
Corrieron a lo largo del paseo marítimo y un poco más allá, remontando la desembocadura de un barranco. Ellos intentaron ir más despacio al principio y ella intentó seguirlos, pero pronto las diferencias de velocidad se hicieron palpables y se empezaron a distanciar. Sin embargo uno se quedó con ella, no tenía necesidad de entrenar a más velocidad puesto que a la tarde tenía una carrera en la que competir.
Ella contaba con que él hablaría más, puesto que iba sobrado de fuerzas, pero resultó ser un poco callado y tímido así que para mantener algo de conversación tuvo que participar, lo que le consumía oxígeno y fuerzas. Aún así aguantó bastante bien.
Ya de vuelta en el paseo marítimo, y cuando los más rápidos se habían perdido en la distancia, recogieron a uno de los “otros” que se había parado a beber agua y a recuperarse de un flato pasajero. Siguieron los tres juntos hasta completar la hora prevista acabando donde habían empezado. Bebiendo bastante agua pues hacía calor, y esperando al resto de compañeros a la sombra.
No tardaron mucho en llegar, e hicieron una transición tranquila para quitarse la ropa de correr y quedarse sólo con los bañadores. Ella llevaba su propio gorro y gafas de nadar, pero otros no tenían y uno de ellos trajo para todos. ¡Qué amable y precavido!
A ella le dio vergüenza quedarse en bikini delante de sus compañeros de carrera, puesto que nunca la habían visto así antes. Pero no pensó demasiado en ello para no darle más importancia de la que realmente tenía. Habían ido a correr y a nadar y punto.
El agua estaba espectacular, calmada y transparente. Al principio paraba fría, pero una vez te acostumbrabas y ya nadando estaba a la temperatura perfecta. Uno de ellos decidió no nadar, no consideraba que supiera lo suficiente ni sentía necesidad de ponerse a nadar por nadar. El resto nadaron hacia lo hondo un rato e hicieron punto de reunión para decidir hasta dónde nadarían en paralelo a la costa.
Empezaron y enseguida se hicieron tres grupos. Dos más rápidos y adelantados, ella a mitad, y un cuarto quedándose retrasado. El hecho de no ser la última la animó bastante. Al principio creía que se cansaría enseguida, puesto que notaba que los brazos no estaban acostumbrados al esfuerzo, pero al final aguantó bien.
Intentó recordar todos los consejos de técnica que le dieran en su época de nadadora y ponerlos en práctica. Levantar el codo, deslizar, impulsar hasta el muslo… Seguramente no logró hacerlo bien, no lo había logrado antes tampoco, pero lo intentó y disfrutó enormemente de volver a nadar, y de volver a hacerlo en el mar, en un mar perfecto para volver a probar. Estaba tan contenta cuando salió del agua que se olvidó de tener vergüenza.
Se dieron una ducha rápida para quitarse la sal y se cambiaron para ir a almorzar juntos. Fue el peor momento de la mañana, pues no le resultó fácil contorsionarse para quitarse el bikini y ponerse la ropa interior seca sin que se cayera la toalla ni la viera nadie. :O

Ellos estaban encantados con la perspectiva de comerse una barra entera de bocadillo bien relleno, aunque al final sólo uno de ellos lo hizo. El resto, como ella, se pidieron medio bocadillo, que para el caso viene a ser un bocadillo de tamaño normal. Lo bueno del almuerzo no fue el enorme bocadillo, lo bueno fue la compañía :)

miércoles, 10 de junio de 2015

ENCERRADOS EN EL SÓTANO


Tenían mucha confianza en ellos mismos pero en el fondo se reían por los nervios más que por el ambiente distendido que reinaba.

Primero les presentaron al dueño del sótano, que tenía cara de pocos amigos, no como la secretaría que les atendió, que era alegre y simpática.

Bajaron al sótano y nada más empezar ya tuvieron un percance. Uno de ellos tuvo que salir y evacuar aguas menores mientras el resto esperaba con cara de pasmados. La secretaría se quedó pensando si le habría tocado de nuevo un grupo problemático, pero no dio muestras de preocupación y acabó de explicarles las reglas con toda profesionalidad.

¡Ya estaban encerrados en el sótano! La música era siniestra, no había luz en la habitación del fondo y encontraron un manojo de llaves (que les hubiera sacado de allí directamente, pero que prefirieron ignorar a petición de la secretaría).

Gracias a una linterna encontraron las instrucciones de un proyector y al enchufarlo la habitación cobró algo de luz. No demasiada, pero la suficiente para seguir inspeccionándola y para ponerse nerviosos con los hallazgos.

La secretaria los observaba desde el exterior, pero ellos estaban ya concentrados en conseguir todas las pistas posibles, descifrarlas y salir de allí, con lo que no prestaban mucha atención a nada más.

Alguien habrió la habitación contigua que sí tenía iluminación suficiente, y a partir de entonces se convirtió en el cuartel general donde acumulaban los hallazgos y resolvían las pistas.

La emoción de abrir la tercera sala quedó empañada por el hallazgo de una nueva puerta. El misterio de las luces no fue fácil de resolver, pero el trabajo en equipo y la mente brillante de alguno de ellos hizo superar el escollo. ¡Bien hecho!

El tiempo pasaba rápido, pero aún dio para momentos de no saber por dónde continuar. Al menos para alguno de los componentes en algún momento. 

De repente estaban delante de la puerta resolviendo el acertijo final. Ups, creo que no era exactamente así como debíamos hacerlo, pero lo hemos conseguido. ¡¡Yupiii!!

lunes, 18 de mayo de 2015

Conquistando Almansa



Llegamos a tiempo de unirnos a la marabunta de gente que estaba disfrutando de las gachamigas. El "moja y pa'trás" es su lema :D
Buen ambiente y buena comida ¿Para qué más?



Un poquito de cultura por la tarde. Desfile de moros y cristianos... y de piratas, bárbaros, corsarios y otros grupos variados :P

     


A la noche concurso de charangas para amenizar la velada. La carpa destacaba por sus grandes dimensiones, pero acústicamente dejaba bastante que desear. Las charangas muy animadas, y ganó la mejor ;)



Para que todo no sea comer y bailar, nos dimos un paseo por el pantano. Y como a mí me gusta mucho hacer fotos a las flores, aquí os dejo algunas :D



 


Como broche de oro representación infantil de la toma del castillo por parte de los moros. Unos días después es reconquistado por los cristianos.
¡Qué bien lo hacían los pequeñines! ¡y qué bien se lo pasaban!
¡Yo también quiero! :P


domingo, 12 de abril de 2015

Gran fondo Pobla de Vallbona

Feliz como una perdiz acabé la carrera de ayer. Muchos km para liberar endorfinas, así que en meta llevaba muchas acumuladas en sangre jajaja.

Hacía mucho tiempo que no participaba en una carrera. Me convencieron para apuntarme a un circuito de carreras de la provincia de Valencia. Es lo que tiene ir a entrenar con un equipo, que habrá que hacer equipo ¿no?
Así que una vez apuntada al circuito sólo me quedaba empezar a asistir a las carreras. La primera era una 1/2 maratón, y no estoy preparada para correr esa distancia, así que me la salté. La siguiente era el gran fondo de La Pobla de Vallbona, de 15 km de distancia. Tampoco estaba preparada para correr 15 km, pero intenté alargar las rodadas los fines de semana para llegar más o menos bien a la carrera.

No negaré que estaba nerviosa, porque no sabía qué tal iba a aguantar tantos kilómetros corriendo. Calculaba que me iba a costar 1h30 o más, y lo máximo que había corrido era 1h12' y sólo una vez. Yo partía de correr unos 50', pero los últimos fines de semana había corrido 1h y 1h12' para preparar la carrera.

La semana en cuestión antes de la carrera tenía un dolorcillo en la cadera izquierda. Sin motivo aparente, no me dolía corriendo o después, me dolía cuando quería, pero era motivo de preocupación.
La mañana de la carrera me vino la regla, ¡qué mal momento! El primer día es el que duele, si me dolía durante la carrera no iba a ir bien. Así que me tomé ibuprofeno por si las moscas (así en vez de con dolor iría dopada, jejeje).
Ese día salió nublado, incluso llovió a medio día. En la práctica los días nublados son buenos para correr, porque no hace tanto calor, pero como hacía frío me puse camiseta de manga larga térmica... Y al final pasé calor durante la carrera.

En fin, que no parecía que fuera a ir muy bien la carrera. Además corría con una compañera y al principio ella iba más alegre que yo y yo veía que iba a agotar rápido las baterías si iba por encima del ritmo. Pero la verdad es que al final me cogí bien a ese ritmo e incluso iba más alegre al final de la carrera que al principio. Por contra mi compañera de carrera (¡qué campeona!, su primera 15k) empezó más alegre y aunque mantuvimos el ritmo a lo largo de toda, al final se notaba que se estaba quedando sin fuerzas.
En meta las dos muy contentas. Yo más jajaja. Pero es que me hizo ilusión ir tan bien, y me hizo ilusión encontrar a antiguos compañeros de carreras. Igual es que hacía tiempo que no liberaba tantas endorfinas jejeje.

Y esa es la historieta de esta semana :D