Los amigos que son muy buenos me sacan a pasear de vez en cuando. Esta vez tocó visitar Alcalá del Jucar. Un pueblecito en la ladera de un cañón del río Jucar. Bonito y pintoresco. Fue un buen día en buena compañía :)
domingo, 13 de diciembre de 2015
domingo, 22 de noviembre de 2015
CNC
Trabajar en una central nuclear
suena importante. Aunque lo primero que hace todo el mundo es hacerte bromas
relacionadas con Homero Simpson.
Dentro de la central nuclear hay
muchos puestos de trabajo, no todos tan emocionantes como pudiera parecer. Algunos
ni siquiera tienen acceso a la zona controlada (que viene a ser la zona con
cierto riesgo de radiación). Puedes ser barrendero, o trabajar en las oficinas
y no salir de allí más que para tomar café e ir a comer.
Aún así, en la parte no
controlada también puedes ver los transformadores, la zona de tratamiento de
agua y las instalaciones de refrigeración, que también son muy interesantes
desde el punto de vista ingenieril. Así que trabajar en una CN mola incluso si
sólo te dedicas a vaciar las papeleras del reclicado :P
Yo trabajaba diseñando
estructuras, principalmente andamios temporales de acceso de personas. Aunque
alguna estructura fija de acceso también cayó. No suena muy tecnológico, pero
tiene su parte positiva: te da acceso a todos y cada uno de los rincones de la
central, porque para tareas de mantenimiento de cualquiera de los departamentos
pueden necesitar un andamio.
La primera vez que entré en zona
controlada estaba un poco inquieta. Llevaba un dosímetro para controlar la
radiación que iba a recibir. ¿Sería mucha? ¿cómo me afectaría la que recibiera?
¿será peligroso?
Luego aprendes que no, que no es
peligroso. Que sí, que vas a recibir dosis, pero que van a ser muy pequeñas y que
no te van a afectar en nada. Aunque el hecho de que el dosímetro pite de vez en
cuando pone nervioso. Te acostumbras y aprendes a ignorarlo, pero pone nervioso
jeje.
Lo que más destacaría de haber
trabajado en la central es la gente. Tuve suerte y me tocó un grupo de trabajo
fantástico. La mitad del equipo éramos nuevos, temporales contratados sólo para
el periodo de recarga de combustible (donde las tareas de mantenimiento se multiplican).
Lo primero que me agradó fue que
se preocuparan de enseñarme la primera semana lo que tenía que hacer y cómo hacerlo.
En ninguna otra empresa se habían tomado tal molestia, cosa que a mí me parece
básica cuando empiezas en un nuevo trabajo, pero la gente nunca tiene tiempo
para eso (o eso les parece a ellos). La segunda semana empezó el caos y ya
tuvimos que improvisar y aprender sobre la marcha como es lo habitual.
Otra cosa que me gustó es que
congenié muy bien con mi jefe directo. Yo le entendía y él estaba contento con
que le entendiera. Y no sólo con mi jefe, la mayoría de gente era cooperativa y
accesible… además de simpática y divertida en los descansos. Me reí mucho en
los descansos. Un ambiente de trabajo agradable te hace el trabajo más
agradable, y si trabajas a gusto trabajas mejor.
martes, 17 de noviembre de 2015
Oropesa del Mar (Castellón)
[Esta entrada es vieja, del verano, pero no llegué a publicarla y como hace tiempo que no escribo pues aquí os la dejo. Espero que os guste]
Tengo un amigo que tiene un amigo
que ahora es mi amigo también :)
A este último amigo le hacía
ilusión reunirnos y vernos, que no lo hacemos habitualmente. Como su familia tiene
una villa y un barquito en Oropesa nos invita a pasar el día allí. A mí me
gusta ver a mis amigos, por descontado, pero me hacía más ilusión salir en barco
que no recuerdo haberlo hecho antes.
Como el último año no he tenido
que usar casi el coche, y como soy ecologista y los coches contaminan, intento
utilizarlo lo menos posible. Vamos que no me gusta cogerlo. Íbamos a compartir
coche para ir los cuatro que íbamos al principio, pero al final sólo fuimos dos
y por circunstancias de la vida cada uno desde un origen distinto. Nada, que al
final ni redujimos coches ni nada. Bueno, el otro hizo una parte del trayecto
en tren, algo es algo.
Recogí a mi amigo en la estación
de tren de Castellón, “carreteamos” (callejear pero por carreteras) sin
perdernos y llegamos al destino. Allí nos recibió el padre muy amablemente,
luego la madre que creía que yo era la mujer del chico con el que fui :O, y
finalmente nuestro amigo. Hacía tanto tiempo que no nos veíamos que reconozco
que me quedé un poco sin saber qué decir.
Superado el encuentro preparamos
la neverita con cervezas, agua e isotónica, se hicieron un bocata para el
almuerzo (yo llevaba el mío hecho), investigamos los alrededores de la casa (el
jardín zen y la tomatera cherry) y salimos hacia puerto con ilusión.
Una vez aparcado el coche y
encontrado el barquito, nos descalzamos, subimos a él, colocamos la neverita
en buen lugar, nuestra ropa a salvo de mojarse… En resumen, nos preparamos
para salir.
El "capitán" (el hijo del dueñodel barco) nos explicó el proceder para
desamarrar y salir del muelle, y cuando intentó arrancar el motor no hubo
manera. No tenía batería. Total que algunos minutos más tarde y varias llamadas de teléfono al verdadero dueño del barco y a la ayuda del puerto, conseguimos arrancar el
motor. ¡Qué ilusión, nos movemos!
Yo estaba en la parte trasera del
barco, y vi que uno de los manguitos echaba un líquido viscoso y oscuro al
exterior. Se lo comenté al “capitán” y casi de inmediato perdió el control de
la dirección del barco. El líquido perdido era el de la dirección. Como apenas
nos habíamos movido, sorteamos el chocar contra otros barcos del muelle como
pudimos.
Yo tuve que aprender rápidamente a prueba-error cómo se maneja el bichero. El
caso es que conseguimos parar el barco en medio del muelle sin haber golpeado
nada. De nuevo llamadas de socorro.
El aire nos empujaba y no teníamos
fuerza suficiente para controlarlo. Por suerte nos empujaba por en medio del
canal del muelle. Y así, poco a poco y evitando chocar, llegamos hasta el
pantanal del final del muelle, donde sujetamos el barco como pudimos con las
manos, porque no había ningún amarre en ese lado para atar un cabo.
Así estuvimos un buen rato. A mí
se me estaban cansando los brazos de aguantar el barco que seguía queriendo
moverse poco a poco con los vaivenes del viento. Me sorprendió que sin velas (es un barco a motor) y dado el peso de la embarcación, el viento fuera capaz
de moverlo tan fácilmente. Claro que el agua no ofrece mucha resistencia, no
sería como arrastrarlo sobre ruedas rozando la tierra.
Al final había un sitio libre en
frente de nosotros, y con una cuerda desde fuera el “capitán” consiguió amarrar
en ese hueco. Por fin pudimos descansar. Ahora tocaba esperar a que viniera
mantenimiento del puerto y nos remolcaran hasta nuestro verdadero “hueco”. Y
una vez lo hicieron se acabó la historia.
Mi gozo en un pozo, me quedé sin
navegar.
sábado, 26 de septiembre de 2015
Jalance
¡Seguimos con las mudanzas! :D
Ahora vivo en Jalance, un pueblecito en el valle de Ayora. Es bonito, está bien cuidado y tiene mucho monte y bosque alrededor. Dicen que hay jabalíes y cabras montesas. No sé si quiero encontrármelos o no... quizás de lejos :P
¿Por qué vivo en Jalance?... Pues porque trabajo en la CNC.
¿Qué es CNC?... Seguro que lo habéis deducido por la foto. Sí, la central nuclear de Cofrentes.
La central es impresionante desde el punto de vista ingenieril. Está llena de instalaciones, circuitos y tuberías enormes y por todos lados. Los edificios de contención son laberínticos, y me han dicho que sólo he visto una pequeña parte. Es cierto, no he visto casi nada.
No os preocupéis por la radiación. Hay muchas medidas de seguridad y la mayor parte del tiempo estoy en la oficina, con riesgo cero. Pero también está interesante entrar a la "fábrica". Ahí hay más riesgo, aunque sigue siendo bajo. Entrar en la zona que llaman controlada, es emocionante e inquietante al mismo tiempo. Jejeje. Emocionante ver una central por dentro, con toda su tecnología.
Por otro lado Jalance es un pueblo tranquilo de casi 1100 habitantes según la oficina de turismo. Tiene un castillo en ruinas que se ve desde mi ventana:
Lo primero que me llamó la atención del pueblo es que tiene muchas fuentes, algunas de ellas adornadas con paneles de azulejos contando la expulsión de los moriscos hacia el año 1609 si no recuerdo mal...
El valle de Ayora es una zona montañosa con bastante bosque. Como soy corredora he salido a explorarlo a trocitos. Voy por carretera y no entro por sendas por miedo a torcerme un tobillo, pero aún así la zona tiene buena pinta. El rio Jucar pasa por Jalance y riega la zona de huertas. Si tuviera más tiempo haría senderismo, pero hay que trabajar jejeje.
Os dejo unas fotillos para que os hagáis una idea...
¡Estáis todos invitados! :D
sábado, 22 de agosto de 2015
Gaibiel
Gaibiel es un pequeño pueblo de
la Sierra Espadán donde nació mi padre. No hay gran cosa que hacer allí pero siempre
me ha gustado ir.
El pueblo es casi peatonal, los coches pasan para llegar o
para irse pero una vez allí no lo coges para nada. El monte está al lado,
puedes hacer rutas de senderismo que empiezan en cuanto dejas el pueblo. Tiene
un pequeño río en el que te puedes bañar en algunos puntos si ha llovido lo
suficiente. El agua está limpia y fría. Hay fuentes naturales que ir a buscar
para pasearse y beber de sus aguas. Tiene piscina pública a precios populares.
En la plaza mayor está la iglesia, como es lo normal. La arreglaron hace pocos
años y está muy bonita por dentro y es bastante grande para el tamaño del
pueblo, con un campanario que da la horas y se escuchan desde todo el pueblo.
No se necesita reloj :)
La primera semana fue para
disfrutar de la familia. Doce personas en una pequeña casa. Os podéis imaginar
cómo nos hemos divertido ;) Bajamos al río, fuimos a la piscina, salimos de
senderismo, visitamos el pueblo de al lado… Vamos lo que se puede hacer en Gaibiel jejeje.
Como es verano y están los
veraneantes, el ayuntamiento organiza cosas los fines de semana para
entretenerlos (y que repitan al año siguiente). Un día había desfile de moros,
otro desfile de disfraces, otro concurso fotográfico… los sábados noche verbena
y los domingos por la mañana castillos hinchables para los niños.
Espero que os haya gustado el pueblito. Allí os espero ;)
domingo, 26 de julio de 2015
Remontando el río
El sol ya comenzaba a elevarse por el horizonte. Subía tras su espalda y no se paró a contemplarlo, siguió su cabalgar remontando el curso de un pequeño riachuelo. En un momento dado apareció ante ella la puerta de entrada a la ciudad. Era una vieja construcción bien conservada, con sus torres de vigilancia y su foso perimetral. Justo antes de la puerta había una gran roca a cada lado y se sentó en una de ellas a esperar. Dejando a su montura pastar por los alrededores.
Media hora más tarde todos estaban reunidos. Hubo que dejar pastar los caballos de los últimos en llegar y remendar algunos parches en las monturas, pero por fin estaban listos para una nueva aventura juntos.
No entraron en la ciudad. Los vigías de las torres los miraron extrañados al verlos partir de nuevo. Unos remontaban el riachuelo a ritmo alegre, mientras otros trotaban más tranquilamente "había camino de sobra para cansarse" pensaban.
Pronto se acabó la zona cercana a la ciudad, con multitud de gente paseando, y empezó una zona menos transitada con abundancia de cañaverales. Iban alegres y descansados hablando y cantando. Sólo M desentonaba de vez en cuando con sus quejas del estado del camino, ya que era chica de ciudad y le costó un tiempo asumir el cambio. No quería ser una quejica pero a su pesar tampoco podía evitarlo.
Avanzaban a buen ritmo. De vez en cuando otros jinetes se cruzaban con ellos. El camino iba de lado a lado atravesando el riachuelo. Cada vez costaba más esfuerzo cruzarlo, sobretodo porque cada vez llevaba más agua.
Pararon a descansar a la altura de una presa que los lugañeros habían construido para desviar el agua del río y utilizarla en el riego de sus campos y abastecimiento de sus casas. Aprovecharon para comer algunos de los vívieres que llevaban. Fue un rato agradable de esparcimiento y contacto con la naturaleza. Cuando ya se disponían a marchar, un caballero errante los reconoció y se paró a hablar con ellos. Tenía ganas de un poco de compañía y de commpartir sus adanzas antes de proseguir.
Siguieron su camino río arriba, aunque pronto se desviaron buscando un sendero secreto que les llevaría al bosque de la Vallesa. Un lugar oscuro y sombrío lleno de seres mágicos muy antiguos. Aunque eran valientes y estaban preparados para entrar en el bosque, este no les dió la bienvenida. Escondió más aún su sendero secreto entre zarzas y rocas y se perdieron antes incluso de llegar a verlo. Lucharon contra las piedras y las plantas que se les avalanzaban durante un tiempo, pero finalmente se retiraron y retrocedieron con rascones y magulladuras. El bosque había vencido.
No quedó más remedio que seguir río arriba esta vez ya buscando el pueblo más cercano por caminos transitados. Subían y subían, el sol ya estaba alto, apenas había árboles que los protegieran y no les quedaba más agua. Estaban cansados, tenían sed y no sabían cuánto tardarían en llegar a su destino. Los ánimos, acorde con las fuerzas, empezaban a flaquear.
Cuando poco quedaba para abandonarse a la muerte, apareció ante ellos una posada. "¿Una posada aislada en medio del camino?", quizás los dioses se habían apiadado de ellos. Lo que más les animó del hallazgo fue el pozo de agua fresca y cristalina del que el posadero les dió de beber hasta saciarse.
Con el cuerpo y el espíritu reconfortado emprendieron de nuevo la subida. Siempre hacia arriba. El camino se volvió intransitable y las monturas lo notaron. Algunos tramos los jinetes tuvieron incluso que descender de ellas y caminar.
Finalmente llegaron a su destino, un lago azúl de agua fresca y transparente que les devolvió las fuerzas. Se bañaron largo rato, reacios a abandonar la frescura del lago en esas horas de máximo calor, y si finalmente lo hicieron fue sólo para cazar algo que comer y cocinarlo. Había que coger energía para enfrentarse al feroz dragón de hierro esa misma tarde.
miércoles, 17 de junio de 2015
Liberando endorfinas
Eran las 6h30 de la mañana cuando
se despertó. El despertador no sonaría hasta más tarde, pero ya no iba a
dormirse así que lo desconectó igualmente. Le entraron dudas sobre si desayunar
como normalmente (el desayuno es la comida más importante del día) o si hacerlo
de manera más ligera. Al final lo hizo normalmente, después de todo le gustaba
comer.
Era una persona puntual, así que
salió un poco antes de lo previsto en lugar de apurar el tiempo, y además tardó
un poco menos de lo previsto también. El caso es que llegó demasiado pronto y
se dispuso a esperar sentada de espaldas al mar y a la salida del sol que ya se
elevaba sobre el horizonte. Parecía que a esas horas el sol no molestaría, pero
a los pocos minutos se puso a la sombra, aunque supusiera esperar de pie. ¡Ya
calentaba el sol!
A la hora acordada llegó el
primero de sus compañeros, y en pocos minutos estaban todos allí. Todos menos
uno que se había equivocado de lugar y no llegó a aparecer. Le esperaron
durante veinte minutos y partieron sin él.
Corrieron a lo largo del paseo
marítimo y un poco más allá, remontando la desembocadura de un barranco. Ellos
intentaron ir más despacio al principio y ella intentó seguirlos, pero pronto
las diferencias de velocidad se hicieron palpables y se empezaron a distanciar.
Sin embargo uno se quedó con ella, no tenía necesidad de entrenar a más
velocidad puesto que a la tarde tenía una carrera en la que competir.
Ella contaba con que él hablaría
más, puesto que iba sobrado de fuerzas, pero resultó ser un poco callado y
tímido así que para mantener algo de conversación tuvo que participar, lo que
le consumía oxígeno y fuerzas. Aún así aguantó bastante bien.
Ya de vuelta en el paseo
marítimo, y cuando los más rápidos se habían perdido en la distancia,
recogieron a uno de los “otros” que se había parado a beber agua y a
recuperarse de un flato pasajero. Siguieron los tres juntos hasta completar la
hora prevista acabando donde habían empezado. Bebiendo bastante agua pues hacía
calor, y esperando al resto de compañeros a la sombra.
No tardaron mucho en llegar, e
hicieron una transición tranquila para quitarse la ropa de correr y quedarse
sólo con los bañadores. Ella llevaba su propio gorro y gafas de nadar, pero
otros no tenían y uno de ellos trajo para todos. ¡Qué amable y precavido!
A ella le dio vergüenza quedarse
en bikini delante de sus compañeros de carrera, puesto que nunca la habían
visto así antes. Pero no pensó demasiado en ello para no darle más importancia
de la que realmente tenía. Habían ido a correr y a nadar y punto.
El agua estaba espectacular,
calmada y transparente. Al principio paraba fría, pero una vez te acostumbrabas
y ya nadando estaba a la temperatura perfecta. Uno de ellos decidió no nadar,
no consideraba que supiera lo suficiente ni sentía necesidad de ponerse a nadar
por nadar. El resto nadaron hacia lo hondo un rato e hicieron punto de reunión
para decidir hasta dónde nadarían en paralelo a la costa.
Empezaron y enseguida se hicieron
tres grupos. Dos más rápidos y adelantados, ella a mitad, y un cuarto
quedándose retrasado. El hecho de no ser la última la animó bastante. Al
principio creía que se cansaría enseguida, puesto que notaba que los brazos no
estaban acostumbrados al esfuerzo, pero al final aguantó bien.
Intentó recordar todos los consejos
de técnica que le dieran en su época de nadadora y ponerlos en práctica.
Levantar el codo, deslizar, impulsar hasta el muslo… Seguramente no logró
hacerlo bien, no lo había logrado antes tampoco, pero lo intentó y disfrutó
enormemente de volver a nadar, y de volver a hacerlo en el mar, en un mar
perfecto para volver a probar. Estaba tan contenta cuando salió del agua que se
olvidó de tener vergüenza.
Se dieron una ducha rápida para
quitarse la sal y se cambiaron para ir a almorzar juntos. Fue el peor momento
de la mañana, pues no le resultó fácil contorsionarse para quitarse el bikini y
ponerse la ropa interior seca sin que se cayera la toalla ni la viera nadie. :O
Ellos estaban encantados con la
perspectiva de comerse una barra entera de bocadillo bien relleno, aunque al
final sólo uno de ellos lo hizo. El resto, como ella, se pidieron medio
bocadillo, que para el caso viene a ser un bocadillo de tamaño normal. Lo bueno
del almuerzo no fue el enorme bocadillo, lo bueno fue la compañía :)
miércoles, 10 de junio de 2015
ENCERRADOS EN EL SÓTANO
Tenían mucha confianza en ellos
mismos pero en el fondo se reían por los nervios más que por el ambiente
distendido que reinaba.
Primero les presentaron al dueño
del sótano, que tenía cara de pocos amigos, no como la secretaría que les
atendió, que era alegre y simpática.
Bajaron al sótano y nada más
empezar ya tuvieron un percance. Uno de ellos tuvo que salir y evacuar aguas
menores mientras el resto esperaba con cara de pasmados. La secretaría se quedó
pensando si le habría tocado de nuevo un grupo problemático, pero no dio
muestras de preocupación y acabó de explicarles las reglas con toda
profesionalidad.
¡Ya estaban encerrados en el
sótano! La música era siniestra, no había luz en la habitación del fondo y
encontraron un manojo de llaves (que les hubiera sacado de allí directamente,
pero que prefirieron ignorar a petición de la secretaría).
Gracias a una linterna
encontraron las instrucciones de un proyector y al enchufarlo la habitación
cobró algo de luz. No demasiada, pero la suficiente para seguir
inspeccionándola y para ponerse nerviosos con los hallazgos.
La secretaria los observaba desde
el exterior, pero ellos estaban ya concentrados en conseguir todas las pistas
posibles, descifrarlas y salir de allí, con lo que no prestaban mucha atención
a nada más.
Alguien habrió la habitación
contigua que sí tenía iluminación suficiente, y a partir de entonces se
convirtió en el cuartel general donde acumulaban los hallazgos y resolvían las
pistas.
La emoción de abrir la tercera
sala quedó empañada por el hallazgo de una nueva puerta. El misterio de las
luces no fue fácil de resolver, pero el trabajo en equipo y la mente brillante
de alguno de ellos hizo superar el escollo. ¡Bien hecho!
El tiempo pasaba rápido, pero aún
dio para momentos de no saber por dónde continuar. Al menos para alguno de los
componentes en algún momento.
De repente estaban delante de la
puerta resolviendo el acertijo final. Ups, creo que no era exactamente así como
debíamos hacerlo, pero lo hemos conseguido. ¡¡Yupiii!!
lunes, 18 de mayo de 2015
Conquistando Almansa
Llegamos a tiempo de unirnos a la marabunta de gente que estaba disfrutando de las gachamigas. El "moja y pa'trás" es su lema :D
Buen ambiente y buena comida ¿Para qué más?
Un poquito de cultura por la tarde. Desfile de moros y cristianos... y de piratas, bárbaros, corsarios y otros grupos variados :P
A la noche concurso de charangas para amenizar la velada. La carpa destacaba por sus grandes dimensiones, pero acústicamente dejaba bastante que desear. Las charangas muy animadas, y ganó la mejor ;)
Para que todo no sea comer y bailar, nos dimos un paseo por el pantano. Y como a mí me gusta mucho hacer fotos a las flores, aquí os dejo algunas :D
Como broche de oro representación infantil de la toma del castillo por parte de los moros. Unos días después es reconquistado por los cristianos.
¡Qué bien lo hacían los pequeñines! ¡y qué bien se lo pasaban!
¡Yo también quiero! :P
domingo, 12 de abril de 2015
Gran fondo Pobla de Vallbona
Feliz como una perdiz acabé la carrera de ayer. Muchos km para liberar endorfinas, así que en meta llevaba muchas acumuladas en sangre jajaja.
Hacía mucho tiempo que no participaba en una carrera. Me convencieron para apuntarme a un circuito de carreras de la provincia de Valencia. Es lo que tiene ir a entrenar con un equipo, que habrá que hacer equipo ¿no?
Así que una vez apuntada al circuito sólo me quedaba empezar a asistir a las carreras. La primera era una 1/2 maratón, y no estoy preparada para correr esa distancia, así que me la salté. La siguiente era el gran fondo de La Pobla de Vallbona, de 15 km de distancia. Tampoco estaba preparada para correr 15 km, pero intenté alargar las rodadas los fines de semana para llegar más o menos bien a la carrera.
No negaré que estaba nerviosa, porque no sabía qué tal iba a aguantar tantos kilómetros corriendo. Calculaba que me iba a costar 1h30 o más, y lo máximo que había corrido era 1h12' y sólo una vez. Yo partía de correr unos 50', pero los últimos fines de semana había corrido 1h y 1h12' para preparar la carrera.
La semana en cuestión antes de la carrera tenía un dolorcillo en la cadera izquierda. Sin motivo aparente, no me dolía corriendo o después, me dolía cuando quería, pero era motivo de preocupación.
La mañana de la carrera me vino la regla, ¡qué mal momento! El primer día es el que duele, si me dolía durante la carrera no iba a ir bien. Así que me tomé ibuprofeno por si las moscas (así en vez de con dolor iría dopada, jejeje).
Ese día salió nublado, incluso llovió a medio día. En la práctica los días nublados son buenos para correr, porque no hace tanto calor, pero como hacía frío me puse camiseta de manga larga térmica... Y al final pasé calor durante la carrera.
En fin, que no parecía que fuera a ir muy bien la carrera. Además corría con una compañera y al principio ella iba más alegre que yo y yo veía que iba a agotar rápido las baterías si iba por encima del ritmo. Pero la verdad es que al final me cogí bien a ese ritmo e incluso iba más alegre al final de la carrera que al principio. Por contra mi compañera de carrera (¡qué campeona!, su primera 15k) empezó más alegre y aunque mantuvimos el ritmo a lo largo de toda, al final se notaba que se estaba quedando sin fuerzas.
En meta las dos muy contentas. Yo más jajaja. Pero es que me hizo ilusión ir tan bien, y me hizo ilusión encontrar a antiguos compañeros de carreras. Igual es que hacía tiempo que no liberaba tantas endorfinas jejeje.
Y esa es la historieta de esta semana :D
miércoles, 18 de marzo de 2015
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