El viernes quedé de nuevo para bailar con la misma chica del fin de semana pasado. Esta vez la clase sí fue de salsa, bieeen.
La primera parte de la clase fue muy básica y no dimos nada nuevo. La segunda parte de la clase (nivel intermedio supongo) empezaron como si siguieran algo que habían empezado la semana anterior (y seguramente así fue). El caso es que como la chica sólo debe dejarse llevar no nos fue difícil acoplarnos. Pero aprenderme la figura con poca explicación y a correprisa (aprendérmela para poder recordarla, explicarla y hacerla), eso ya fue más complicado.
Después de la clase nos quedamos por la pista. Algunos de los compañeros de clase nos sacaron a bailar (hay que practicar), y poco a poco se fue llenando de gente nueva que también te sacaban a bailar de vez en cuando. En general el ambiente está bien y son educados. Mi amiga y yo lo pasamos bien y nos fuimos a casa pronto pero cansadas (sobre las 24h30).
El sábado quedé para probar el té con bolas. ¿Qué es el té con bolas? Pues es una bebida que tiene bolas en el fondo (de 0'8 cm más o menos), aunque también podían ser tiritas de gelatina (0'4x0'4x1'5 cm), y la bebida tiene base de té y sirope de sabor. Resumiendo: puedes elegir el sabor de las bolas/tiras, el tipo de té y el sabor del sirope. Te lo mezclan, lo agitan, lo sellan y te lo dan. Coges una pajita gorda (para que quepan las bolas y las tiras) la hincas en la tapa de plástico perforándola, y te la bebes (con tropezones que suben de vez en cuando jeje). La bolas molan, porque cuando las muerdes explotan y sueltan el liquidito de dentro de sabor. Aquí una foto para que os hagáis una idea:
El camarero muy amable y agradable. El local colorido y divertido. Según parece la bebida triunfa entre los niños.
Después estuvimos paseando por París. Siempre es agradable pasear por la ciudad cuando no llueve ni hace frío. Caminando, caminando acabamos cenando en un chino (mi primer chino de París). No era ninguna maravilla, no es que estuviera malo tampoco, pero era como una pequeña tienda de comida para llevar con algunas mesas, y como era tarde pues la comida ya estaba demasiado "reposada" por decirlo de alguna manera. Eso sí, cené un montón por poco dinero (es lo que tienen los chinos). Seguimos paseando la ciudad por la noche, que también es bonito, y así bajamos un poco la cena.
El domingo lo reservé para las tareas domésticas, mimarme a mí misma, estudiar inglés y descansar. ¡Qué buenos los domingos de relax también! :D