Hace tiempo que no escribo, no por no tener cosas que contar, sino por no tener tiempo de escribirlas.
Ya no vivo en París, ahora vivo en Madrid. De capital a capital. La verdad es que mi experiencia en París ha sido positiva. Yo he estado bien, pese a que la mayoría de gente se queja cuando llega y dice que es duro. Igual porque a sido temporal, no sé, igual porque he tenido suerte.
Sólo llevo unos días en Madrid. Los primeros días hizo mucho frío, pero ahora se está mejor. Los primeros días fui a trabajar en coche, con lo que ello conlleva: los atascos de la M30 y la M40. Recuerdo que cuando trabajé unos días en Madrid (por el año 2000) llevé muy mal esos atascos. Ahora lo llevé bien, supongo que porque ya iba mentalizada y por tanto los esperaba. Imagínate no prever que vas a pasar 1h de atasco, eso desespera a cualquiera. Aunque en realidad tardé menos de 1h en llegar a trabajar.
Esta es la M30 a la salida del trabajo.
En un sentido llena, en el otro es que ya se sale de Madrid.
Ahora voy andando (unos 20 minutos) porque me he mudado a mi nuevo piso compartido. Comparto con 2 bolivianas (hermanas) y 1 china. Todas estudiantes. Por ahora la convivencia bien, son majas. Los 20' de paseo no son tan bonitos como los de París. Aquí voy al lado de carreteras y de un muro de hormigón, allí iba por una avenida importante llena de escaparates. Pero poder caminar al trabajo sigue siendo un lujo :)
En mi nueva empresa también bien. La gente es amable y me tratan bien. Los primeros días me paseé muchas veces en taxi para hacer los recados necesarios para sacarme el pasaporte a Sudáfrica. La revisión médica (estoy sana como una manzana), el certificado de penales (sin cargos) y el certificado radiológico (tampoco han encontrado nada malo). Los taxistas variopintos, unos me hablan, otros no, unos son serios, otros bromean. Se puede hacer un estudio sociológico con ellos.
Es el primer trabajo donde hace más bien calor en la oficina (a mí no me había pasado aún). A veces me quedo en manga corta, pero porque estoy al lado de la ventana y da el sol. Ahora sí puedo usar esa ropa que venden en las tiendas y que no pega nada con el invierno. Eso sí, cuando salgo de casa llevo 3 capas, que hay que llegar andando a la oficina a menos de 5º (los primeros días menos de 0º).
Esta es la vista desde la ventana del trabajo.
Seguro que conocéis los rascacielos del final del paseo de la Castellana (4 edificios altos y modernos). Pues bien, los veo de camino al trabajo y de vuelta a casa. Quedan bien de fondo. De hecho se ven desde la cocina de mi piso.
Los rascacielos al fondo. Parecen 3 porque hay uno que tapa a otro.