Eran las 6h30 de la mañana cuando
se despertó. El despertador no sonaría hasta más tarde, pero ya no iba a
dormirse así que lo desconectó igualmente. Le entraron dudas sobre si desayunar
como normalmente (el desayuno es la comida más importante del día) o si hacerlo
de manera más ligera. Al final lo hizo normalmente, después de todo le gustaba
comer.
Era una persona puntual, así que
salió un poco antes de lo previsto en lugar de apurar el tiempo, y además tardó
un poco menos de lo previsto también. El caso es que llegó demasiado pronto y
se dispuso a esperar sentada de espaldas al mar y a la salida del sol que ya se
elevaba sobre el horizonte. Parecía que a esas horas el sol no molestaría, pero
a los pocos minutos se puso a la sombra, aunque supusiera esperar de pie. ¡Ya
calentaba el sol!
A la hora acordada llegó el
primero de sus compañeros, y en pocos minutos estaban todos allí. Todos menos
uno que se había equivocado de lugar y no llegó a aparecer. Le esperaron
durante veinte minutos y partieron sin él.
Corrieron a lo largo del paseo
marítimo y un poco más allá, remontando la desembocadura de un barranco. Ellos
intentaron ir más despacio al principio y ella intentó seguirlos, pero pronto
las diferencias de velocidad se hicieron palpables y se empezaron a distanciar.
Sin embargo uno se quedó con ella, no tenía necesidad de entrenar a más
velocidad puesto que a la tarde tenía una carrera en la que competir.
Ella contaba con que él hablaría
más, puesto que iba sobrado de fuerzas, pero resultó ser un poco callado y
tímido así que para mantener algo de conversación tuvo que participar, lo que
le consumía oxígeno y fuerzas. Aún así aguantó bastante bien.
Ya de vuelta en el paseo
marítimo, y cuando los más rápidos se habían perdido en la distancia,
recogieron a uno de los “otros” que se había parado a beber agua y a
recuperarse de un flato pasajero. Siguieron los tres juntos hasta completar la
hora prevista acabando donde habían empezado. Bebiendo bastante agua pues hacía
calor, y esperando al resto de compañeros a la sombra.
No tardaron mucho en llegar, e
hicieron una transición tranquila para quitarse la ropa de correr y quedarse
sólo con los bañadores. Ella llevaba su propio gorro y gafas de nadar, pero
otros no tenían y uno de ellos trajo para todos. ¡Qué amable y precavido!
A ella le dio vergüenza quedarse
en bikini delante de sus compañeros de carrera, puesto que nunca la habían
visto así antes. Pero no pensó demasiado en ello para no darle más importancia
de la que realmente tenía. Habían ido a correr y a nadar y punto.
El agua estaba espectacular,
calmada y transparente. Al principio paraba fría, pero una vez te acostumbrabas
y ya nadando estaba a la temperatura perfecta. Uno de ellos decidió no nadar,
no consideraba que supiera lo suficiente ni sentía necesidad de ponerse a nadar
por nadar. El resto nadaron hacia lo hondo un rato e hicieron punto de reunión
para decidir hasta dónde nadarían en paralelo a la costa.
Empezaron y enseguida se hicieron
tres grupos. Dos más rápidos y adelantados, ella a mitad, y un cuarto
quedándose retrasado. El hecho de no ser la última la animó bastante. Al
principio creía que se cansaría enseguida, puesto que notaba que los brazos no
estaban acostumbrados al esfuerzo, pero al final aguantó bien.
Intentó recordar todos los consejos
de técnica que le dieran en su época de nadadora y ponerlos en práctica.
Levantar el codo, deslizar, impulsar hasta el muslo… Seguramente no logró
hacerlo bien, no lo había logrado antes tampoco, pero lo intentó y disfrutó
enormemente de volver a nadar, y de volver a hacerlo en el mar, en un mar
perfecto para volver a probar. Estaba tan contenta cuando salió del agua que se
olvidó de tener vergüenza.
Se dieron una ducha rápida para
quitarse la sal y se cambiaron para ir a almorzar juntos. Fue el peor momento
de la mañana, pues no le resultó fácil contorsionarse para quitarse el bikini y
ponerse la ropa interior seca sin que se cayera la toalla ni la viera nadie. :O
Ellos estaban encantados con la
perspectiva de comerse una barra entera de bocadillo bien relleno, aunque al
final sólo uno de ellos lo hizo. El resto, como ella, se pidieron medio
bocadillo, que para el caso viene a ser un bocadillo de tamaño normal. Lo bueno
del almuerzo no fue el enorme bocadillo, lo bueno fue la compañía :)
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