sábado, 3 de mayo de 2014

Cape Town / Ciudad del Cabo (3/3)

Al día siguiente ya sabía de qué iba la cosa, así que me duché, desayuné y me fui a pasear al paseo marítimo. Esta vez no me quedé cerca esperando que se despertaran y me avisaran. Empecé a andar sin preocuparme mucho del tiempo, y pasé por varias zonas del paseo. Cuando ya se ensanchaba y hay una amplia zona de césped, vi aterrizar a dos tándem de parapente. La ciudad ofrece diferentes actividades de aventura de ese tipo. Salen desde la Cabeza de León (que es como llaman a una montaña que divide la ciudad) y aterrizan a la orilla, en el paseo. Me dieron ganas de apuntarme, pero no había tiempo.
A esa altura del paseo me di la vuelta para volver, porque había andado un buen rato y la vuelta me iba a costar lo mismo. No quería estar excesivamente lejos del apartamento cuando me avisaran. Cuando me quedaba poco para llegar me avisaron de nuevo por whatsapp, así que lo calculé perfecto.

Ese día el plan era ir a recorrer la península dónde se encuentra el cabo de Buena Esperanza. Así que cogimos el coche, pusimos el GPS y para allá. Por el camino fuimos viendo pueblecios pesqueros bonitos, y en uno de ellos paramos a desayunar. Eran las 11:00 de la mañana, así que nos preguntaron si queríamos desayunar o comer. Era una hora un poco rara: tarde para desayunar pero algo pronto para comer. Desayunamos, yo peras confitadas con yogur, muesli y semillas de calabaza. Estaba muy bueno, pero me pusieron mucha cantidad… que por supuesto no sobró jajaja.


Luego paramos en la playa de los pingüinos, pero había que pagar para entrar a la playa. Así que paseamos por la zona y vimos un montón de pingüinos, pero no en la playa como tal.



Seguimos ruta y llegamos al parque natural del cabo de Buena Esperanza (Cape of Good Hope) había cola de coche y había que pagar entrada. No nos hizo mucha ilusión lo de pagar. Yo suelo ser agarrada, pero no dije nada, sin embargo mis compañeros se quejaron bastante jejeje. La verdad es que mereció la pena entrar, pero lo de que un parque natural (en teoría público) sea pagando ya es otra cuestión. Si vale para conservarlo pues bien está, porque no tengo muy claro que con acceso libre la gente lo cuidara, o el gobierno pusiera los medios para conservarlo.

Una vez dentro recorrimos bastantes km en coche hasta llegar a los parkings habilitados para acceder al Cape Point y al Cape of Good Hope. Primero fuimos a Cape Point, que me gustó más. Había una caminata hasta llegar al faro que lo corona, y luego otra caminata hasta llegar a la punta. Pero las vistas muy bonitas, y caminar un poco nos hizo bien. Eso sí, hacía mucho aire y a veces parecía que quería tirarte.


Siento las fotos torcidas. Cosas de Blogger :(

Como siempre salimos tarde, siempre nos pilla la hora de comer en la primera parada. Así que comimos un poco más abajo del faro, donde había un restaurante y tiendas de souvenirs, y luego bajamos a coger el coche y movernos al otro cabo. Se puede ir andando por un sendero mucho más bucólico, pero no teníamos tiempo de hacer senderismo. Aparcamos en el otro parking y subimos casi corriendo porque a las 18h cerraba el parque y ya pasaban de las 16h. Al final nos dio tiempo de sobra. Llegamos al punto más alto, nos hicimos las fotos correspondientes y bajamos. Salíamos del parque como a las 17h.


El camino de vuelta lo hicimos por el otro lado de la península, para ver el anochecer. Como conduje yo pues no lo pude disfrutar del todo, estaba pendiente de la carretera. Pero hubo momentos con vistas bonitas. Justo, justo la puesta de sol nos pilló donde no se veía (la carretera se metió hacia el interior), cosas que pasan. Al poco de ponerse, cuando todavía había luz y tonos morados en el horizonte, paré en un mirador para disfrutar un poco yo también.


Y vuelta para casa, con una carretera estrecha de montaña, como muchas curvas, con 5 vidas a mi cargo… ¡Uf! Estaba deseando llegar, iba un poco estresada. Cuando llegamos se prepararon para ir a cenar y de fiesta otra vez. Yo como no hablaban ya mucho conmigo, no tenía excesiva hambre y no pensaba irme de fiesta con ellos (me aburro), pues decidí quedarme en casa.
Tuve suerte y el casero nos trajo algo de comida, sin ningún motivo aparente más que su hospitalidad. Yo pensaba ir a un supermercado a comprar cualquier cosa, o comerme manzanas que llevaban y pan de molde del desayuno. Pero entro todo, aunque no comí mucho, cené bien. Eso sí, lo que trajo el casero picaba. Aquí les gusta mucho que la comida pique, pero a mí no especialmente, aunque ya empiezo a acostumbrarme jejeje.

Al día siguiente me levanté, me duché y desayuné como siempre, me hice la maleta y la bajé al coche. Luego me fui a pasear y les envié un mensaje de que me recogieran por el centro cuando fueran a desayunar.
Primero pensé en pillar un taxi al centro, pero luego dije de ir paseando y cuando me cansará pillar un taxi, y al final recorrí todo el paseo andando, pasé por el estadio de fútbol, llegué al centro, pasé por la “plaza del mercado” (por llamarla de alguna manera), y por The Company’s Garden (que me gustó mucho). Lástima que aún era pronto para algunas tiendas, y además era festivo. Pero aún pude disfrutar de mercadillo callejero por el centro. The Company´s Garden es una zona con la catedral (no pude entrar), algunos edificios oficiales, unos jardines botánicos con ardillas a las que puedes dar de comer (entre otros animales), y algunos museos (que no tuve tiempo de ver).




Estando por los jardines me llamarón y acudí a donde estaban (desayunando de nuevo en Lola’s). Cogimos el coche y en la primera gasolinera del camino de vuelta nos encontramos con el otro coche. Repartimos a las personas y ¡ale! ¡carretera y manta!


El camino de vuelta (unas 10 horas) se hizo largo y cansado. Por suerte mis compañeros se organizaron para que yo no tuviera que conducir. Como el paisaje era el mismo ya no me pareció tan bonito. Además al final era de noche y muchos ratos iba con los ojos cerrados. Por fin, como a las 22h30, llegué a casa. 

1 comentario:

  1. Se me olvidó comentar lo de las gasolineras, que están cada 100 km o más. Vas viendo como baja el depósito de gasolina, pasan y pasan los km sin ver ninguna gasolinera y no sabes si te quedarás tirado en mitad de la nada. Cada vez que ves una llenas el depósito, por si acaso.

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