lunes, 18 de agosto de 2014

Anécdotas en Tavernes de la Valldigna

Llegar a una casa nueva, llena de gente a la que no conoces, como mínimo te hace sentir un poco confuso, sin saber cómo comportarte.

Quedarte en bikini delante de amigos de toda la vida pero con los que nunca habías ido a la playa/piscina... te da verguenza, aunque disimules y nadie lo note jejeje.

Que la gente tarde a entrar en el agua cuando está fría lo entiendo, pero cuando no da nada de frío me llama la atención... ¿Seré yo la rara? ¿estaré mal acostumbrada de cuando hacía triatlones?

Que te pongan un plato enorme y te lo acabes, me hace sentir un poco glotona. Quizás no era tanto como parecía :P (o eso quiero pensar ahora).

Que alguien quede con un amigo y al encontrarse se pase 10 minutos discutiendo, me llama la atención... ¡vaya amigos! Menos mal que luego todo quedó en nada.

Que te traten como si fueras extranjera en tu propia tierra es curioso. Me pareció un detalle que me explicara las cosas del pueblo, pero que me explicará también en qué consiste la dehesa y las dunas... no sé, Valencia no está tan lejos :P

Pasear 2 horas la tarde anterior, 2 horas esa mañana y otras 2 horas por la tarde... como mínimo cansa a cualquiera. Pero la gente me tiene en muy alta estima deportivamente hablando. Y luego para finalizar 3 horas de fiesta por la noche. Estoy orgullosa de haber aguantado sin quejarme, o al menos sin quejarme mucho :D

Oir hablar de tarta de chocolate por la tarde, quedarse sin probarla por la noche, levantarse pensando en ella y que no la hayan empezado aún... ¡Qué desilusión!, yo que había soñado con ella jejeje. [Va a ser verdad que soy una glotona :O]



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