Todos los años por el barrio de
Ruzafa hacen un pasacalle por carnaval. Este año lo hicieron el 21 de febrero,
que ya era cuaresma, pero como el anterior sábado era San Valentín y Carnaval,
supongo que no les apeteció hacerlo coincidir.
Yo esto lo conozco hace algunos
años, pero la verdad es que todavía no había ido a verlo. El caso es que un
compañero de curso salía en el pasacalles porque pertenece a una murga (los
Lunáticos, por si alguien quiere curiosear) y nos había estado haciendo
propaganda en clase. La propaganda básicamente consistía en verlo ilusionado
con la actuación.
Habíamos quedado los del curso
que iríamos a verle. Bueno, habíamos quedado como se queda hoy en día, que
consiste en comentarlo sólo y no concretar nada y que al final no apareciera
nadie salvo yo. Por suerte se lo dije a una amiga que me acompañó al evento.
Siempre es más entretenido hacer las cosas en compañía, aunque hay que
acostumbrarse a hacerlas solo si quieres hacerlas. Luego más tarde llegó otro
compañero del curso.
Al principio el pasacalles era
como muy de barrio. Vamos como si me disfrazo yo y mis vecinos con lo que encontramos
por casa o nos compramos cuatro detalles. Luego venían algunas murgas que iban
conjuntadas. La de mi conocido la mejor de todas. La más animada y la mejor
vestida. Al que llegó tarde le hizo ilusión ver al compañero, a mí menos, lo
reconozco jejeje.
Después el pasacalles se
transformaba en un desfile donde la mayoría de comparsas eran de Latinoamérica:
de Bolivia y Perú concretamente, aunque había representación de casi todos los
países. El caso es que para mí, que nunca la había visto, no me quedó claro si
iban disfrazados o con el traje regional. Algunas claramente iban más de
regional, pero otras era como una mezcla entre traje regional y disfraz de
carnavales (de los de Río o Tenerife que no sabes de qué van disfrazados pero
tienen muchos brillos y cosas así).
Eso las mujeres, porque los
hombres iban vestidos de algo incalificable. Tenían cierto aire maya o azteca o
inca o algo así, pero también con muchos brillos y colgantitos. No sé, una
mezcla rara.
Estuvimos un rato viéndolo y me
pareció curioso que hicieran que el propio pasacalles se cruzara a sí mismo.
Paraban un sentido y avanzaba el otro, y así sucesivamente. Como no iban muy
deprisa y no eran muchos, no se ocasionaba mucho bloqueo y quedaba gracioso lo
de que se cruzaran. Además de que podías verlos dos veces si estabas como yo
cerca del cruce.
En general me gustó la
experiencia. Al año que viene repetiré para fijarme más en los trajes jejeje. Y
ahora que ya os he contado todo os dejo las fotos para que os hagáis una idea:
Perdón por las fotos movidas, ¡pero es que no se estaban quietos! :)
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